Disfrutar
de un vermut con la abuela un lunes por la noche. Saborear una aceituna negra y
un vino rosado... "Encargate vos, que sos la experta, chef". Esa
abuela que servía la exquisita sopa incomparable cuando éramos a penas
adolescentes, te sede la cocina. Y es Lunes.
Esos
pequeños placeres que viviendo relativamente lejos y a los 30 años son un lujo.
Un terrible e inexplicable lujo. Porque es Lunes.
Un
lujo porque uno es rico viviendo esas cosas, insignificantes,
de un instante. A veces ocurren hechos que nos hacen entender de qué trata la
vida, pero de VERDAD. Toda diferencia, todo enojo sin sentido, toda tristeza
por asuntos remediables pierden total importancia frente a unos ojos sinceros
con lágrimas.
La vida... Será que cuando uno se despoja de cosas materiales, cuando uno entiende que no nos llevaremos nada de este mundo más que el aprendizaje. Cuando comprendamos que lo único que nos hace feliz es el amor y la comprensión... cuando nos demos cuenta que no tenemos nada, es cuándo tendremos en realidad todo.
Momentos difíciles. Momentos de sabiduría.
La vida... Será que cuando uno se despoja de cosas materiales, cuando uno entiende que no nos llevaremos nada de este mundo más que el aprendizaje. Cuando comprendamos que lo único que nos hace feliz es el amor y la comprensión... cuando nos demos cuenta que no tenemos nada, es cuándo tendremos en realidad todo.
Momentos difíciles. Momentos de sabiduría.
Namaste.
M. Belén Ferrer
7-11-2016
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