Sobre este blog...

Tomo una palabra, una imagen, una idea y en minuto mi creatividad vuela. Mis manos se mueven solas sobre el teclado. Como pianista acelerado. Mis palabras, sólo traducen lo que mi mente crea. La única forma de avanzar, es haciendo. La mejor forma para mi de expresarme es escribiendo.

Artista

viernes, 3 de agosto de 2007

Los hombres tienen fecha de vencimiento... como el yogurt


Tienen fecha de vencimiento como el yogurt o la leche, porque ella está muy cercana al día que juran que te aman. Quiero decir, que no son como los alimentos no perecederos, que pueden vencer luego de mucho, mucho tiempo de fabricarse el producto.
Entran un día en la vida de una mujer, creyendo que ésta es distinta a todas las demás; sin defectos, llenas de virtudes. Y por ello la conquistan, la hace sentir afortunada y feliz cumpliendo todos sus antojos. “vamos donde tu quieras”, “voy a buscarte a tu casa así vivas en el fin del mundo”. Dicen ellos enamorados y hasta hacen regalos sorprendentes y románticos. Presentan a todos sus amigos y familiares, haciendo sentir a la mujer parte del mundo del hombre y éste parte de la familia de ella. Cuando los hombres realmente se enamoran... llevan a la mujer elegida al altar con orgullo y le promete servirla y amarla por el resto de sus días…
Y asi, un día cualquiera, se despiertan cansados del presente en busca de cambios más satisfactorios. Todo lo que antes era virtuoso ahora es puro escalofrío... los hombres empiezan a vencer…y ya no hay nada que se pueda hacer.
Comienza todo cuando se degusta un sabor amargo, acido, en sus reacciones y formas. A los pocos años de matrimonio, los hombres empiezan con sus exigencias, creyendo que ellos son rey de la casa y dueño de las decisiones. Te pides que cuides, vistas, alimentes, eduques, a los hijos que juntos decidieron tener; que mantengas la casa en orden y limpia para las visitas y la suegra; que estés atenta a los alimentos del depósito, además del almuerzo y cena servidos en la mesa en el momento que ellos regresen de su fastuoso trabajo, incluyendo el café mientras miran su imperdible partido de fútbol; y como si esto fuese poco, que trabajes para ayudar a los gastos.
Pero una mujer nota que realmente vencieron cuando ya no existe ningún romanticismo en la pareja. Te piden que te mantengas hermosa, critican la grasa de más y una que otra arruga, mientras que ellos se vuelven panzones y pelados, sin importarles su imagen. Se vuelven gritones y cada vez más exigentes; no quieren cruzarse con la suegra, se cansan de los almuerzos de domingo antes admirados, de pasear a los hijos en vacaciones y hasta de su propia casa, todo lo que antes les encantaba de ti, en el momento que vencen son sólo puros defectos. De buenas a primeras comienzan a trabajar más y a dejarte mayor tiempo sola en casa con los hijos.
Así es… cuando los hombres vencen, no hay vuelta atrás. Pero sí hay una diferencia entre el vencimiento del yogurt y el del hombre. El hombre no viene con la fecha de vencimiento impresa, esta se descubre sola, con el tiempo, dependiendo del sabor.


Nota: No hablo por experiencias propias. Esto no es verdad, además de existir siempre excepciones. La realidad es que el romanticismo es el que tiene vencimiento. La verdadera reflexión vendrá la próxima vez.
Este texto sólo viene a discutir o en contraposición a lo escrito por Marcel Ferrer, “la mujer tiene fecha de vencimiento, como el yogurt” lease en: http://www.marcelodferrer.com.ar/reflexiones10.htm. Pero volviendo a aclarar, ninguno de los dos textos analizan el quiebre de una relación en cuestión; y menos aún en los tiempos actuales.



M. Belén Ferrer
08/07

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