Sobre este blog...

Tomo una palabra, una imagen, una idea y en minuto mi creatividad vuela. Mis manos se mueven solas sobre el teclado. Como pianista acelerado. Mis palabras, sólo traducen lo que mi mente crea. La única forma de avanzar, es haciendo. La mejor forma para mi de expresarme es escribiendo.

Artista

jueves, 4 de octubre de 2007

Distorsión de la Realidad


Lo peor de estar mal con uno mismo es que nos lleva a hacer muchas cosas dañinas. Pero sin razón e inconcientemente nos hacemos daño a nosotros mismos.


No estar bien con uno nos lleva a estar mal con todos, a no ver la realidad, o no querer verla. Borrarla, eliminarla. Nos enfermamos. Hay muchas formas de lastimarse, pero lo más cruel es ir matándonos poco a poco y con fuerza.
Te peleas con vos mismo. Es una lucha mental interna, que cuando se satura comienza a ser también externa. Odias el espejo, las fotos y todo aquello que refleje a tu persona. Te das cuenta que no hay forma de escaparte de vos y de cómo sos y lo primero que ocurre es que tratas de cambiar. Pero en esas situaciones es imposible elegir el camino más saludable porque simplemente no lo ves. Caes en una depresión que sólo vos notas y en vez de no comer o que se te cierre el apetito, comes, comes, comes… Y volves a mirarte y queres desaparecer, encerrarte en un cuarto oscuro y no salir hasta que dejes de existir. Estas tan repleto de porquería que deseas vaciarte, sentir la sensación de hambre para alimentarte de cosas más sanas. Pero como vaciar la mente de bazofia para volver a empezar es difícil, trabajoso, optamos por lo más fácil, lo exterior, lo superficial, lo que todos ven para aparentar una belleza perfecta.
Y un día encontrás la fácil solución. Como tirarse al agua podrida sabiendo que es tóxica. Sin querer y creyendo una pronta salida se entra. Poco a poco y al paso de los días te vas intoxicando, envenenando y odiando. Pero es una fórmula secreta y magistral. La fórmula para sentir ese vacío de porquería y vomitar todo lo que nos hace mal.
Comer, y vomitar… parece tan viable que a uno mismo le cuesta creer. Sí. Comes hasta sentir que estas a punto de explotar, que la comida te sale por las orejas para entonces ir silenciosamente al baño más cercano y despedirte de todo lo que te hizo mal. Al principio no vale cualquier cosa, pero una vez que se hace costumbre todo es comible. No importa si hace mal, si está frío, caliente, podrido, rancio… total, sabes que al poco tiempo lo vas a despedir. No importa tampoco abrumarte una, dos, tres, cuatro o las veces que sea necesario, porque para vos, todo está bien.
Al paso del tiempo el espejo deja de ser el enemigo público para pasar a ser el enemigo privado. En vez de mirarte y gritar, te miras y lloras. Saltas de una belleza horrible a una belleza extraña. Que de cierta forma es mucho mejor. Pero en el fondo, no hay nada que cubra el dolor, la tristeza, las ganas de llorar y de desaparecer. El odio; por el mundo y por vos. Y así entras en un cosmos donde estas solo, queres decir lo que sentis pero no hay forma de expresarlo.
Buscas la soledad. Un espacio vacío en tu cosa, en tu cuarto, un lugar oscuro, impenetrable donde nadie te vea sufrir; es lo mejor que hay para comerte la tierra y luego largarla, para volver a ser y sentirte mejor, aparentar una felicidad admirable para satisfacer a los demás y engañarte inhumanamente. Los amigos no existen, ni la familia, ni el novio ni las cosas banales de la vida como el estudio o mucho menos. La intimidad es el espacio justo para gritar y que nadie escuche, el espacio justo para esconderte y matarte sin que nadie lo note.
Con el sentimiento de que sólo podes te basta y te seguís hundiendo. Pero aunque quieras alcanzar la orilla ves que ésta cada vez se aleja más. ¿Vos? No, la orilla es la que se aleja… Pero como es imposible esconder las cosas por mucho tiempo, la gente se entera. Y no porque vos lo digas, porque por más que quieras no podés. Y de esa forma, las personas de tu entorno también se empieza a contaminar y duele. A todos les duele. Y vos, luchas contra ti mismo y contra los demás. Pedís ayuda inconcientemente pero no la queres recibir. Porque tu familia no entiende, no puede entender. ¿Cómo se hace para entender algo que no nos pasó? Por más que te ayuden seguis sólo y si la ayuda no es la indicada, definitivamente queres morir. Pero esta vez físicamente, ya. Crees que no naciste para esta realidad y que no hay forma de volver a encontrar estabilidad. Como sentir el camino vacío, oscuro, aterrador y que comienza a borrarse. No hay nada que puedas hacer, ni nadie que pueda quitar esa sensación.
Lentamente, con asistencia profesional (psiquiatras, nutricionistas) te vas dando cuenta que sí podés nadar y alcanzar la orilla, pero requiere mucha voluntad. Y aunque sientas una rabia infinita porque tus seres queridos no puedan sentir tu sufrimiento, remas igual. Porque aunque no quieras vivir más, entendes que tampoco queres dejar la vida, que hay algo más, o que algo más tiene que haber. Sí, pensás en el futuro. Y si pensás es porque existe.
Un buen día te das cuenta que todo puede ir mejor. Que si luchas, te podes volver a encontrar con vos y aún más, con alguien que estaba perdido en tu interior. Una persona asombrosa que ni vos conocías. Te sorprendes, te deslumbras de tu persona. Y al fin, con tu cuerpo, alma, pensamientos y boca… disfrutas. ¿No es lo que todos buscamos? ¡Qué fácil es decirlo y cuánto tiempo lleva lograrlo! Gozas del sol, de un pájaro, de tus amigos, del estudio, la familia, el amor, en fin, disfrutas del tiempo y de la vida... porque después de todo, hay demasiada belleza en ella.

A veces recuerdo mi pasado y mis ojos se llenan de lágrimas. Me gustaría que esa época desaparezca de mi vida. Creer que es un libro y poder arrancar tres años de sus hojas, romperlas y quemarlas sin dejar rastros. Pero vuelvo a recordar una vez más y entiendo que las hojas de un libro importante no se pueden extirpar, pero sí se puede dar vuelta la página y seguir escribiendo en la nueva blancura. Pero esta vez, más firme, más prolijo. Seguro no van a faltar otras tristezas, que sin duda las sabré enfrentar con seguridad, confiada en mis actos, confiada en mí. Que ahora desde acá puedo decir que no hay cosa más grande que la propia convicción y libertad.
Cuando las cosas vuelven al sano camino, me doy cuenta que valió la pena. Valió penar, y arrastrarme por el suelo para hoy estar acá y descubrir lo que soy. Gozar de mí y que todos vean lo que logré. Porque al fin de cuentas, soy lo que soy por aquello que fui. No, no me arrepiento. Pero no se lo deseo a nadie.

Nota: las palabras escritas en cursiva están resaltadas porque esconden sentimientos y emociones que con palabras no se pueden revelar.

Ésta es la realidad...

Informate: video en youTube sobre información de Anorexia y Bulimia (Ana y Mia) : http://www.youtube.com/watch?v=dFktEmWOsVM. "Diario de una anoréxica": http://www.youtube.com/watch?v=IBd7ex1VP6M.




M. Belén Ferrer.
13/08/07

2 comentarios:

Juan Pablo Barletta dijo...

la verdad verdad..llegue aca por tu flog..y muy bello
me gustaria hablar con vos por msn
mi mail es jp_barletta@hotmail.com


beso

Pablito

Anónimo dijo...

"No hacia mas que correr al baño, llevar mi mano a la boca y vomitar hasta que me doliese"

Quiza esto no sea lo mejor de mí, pero es parte de mí.

Todo empezó a mis 17 años, nunca jamas me había preocupado por si estaba gorda o no, pero un dia me descubrí odiando a mi cuerpo, odiandome toda yo, sintiendo asco de mi misma.

Despues de cada almuerzo, despues de cada bocado, no hacia mas que correr al baño, llevar mi mano a la boca y vomitar hasta que me doliese, hasta creer haber sacado toda la comida que me hacia gorda y fea; para luego subirme a la balanza y mirar mi peso que dia a dia iba disminuyendo, y ese era mi propósito, me sentia tan feliz!!.

Mi rostro se comenzaba a deformar, los nudillos de mis manos estaban lastimados y marcados, el pelo se me caía, los dientes me dolian estaban muy debiles, día por medio me encontraba alguna carie, al caminar parecia que en cualquier momento iba a desvanecerme, ya no podia más con todo ésto, tuve que admitir que estaba enferma y así recurrieron al medico conmigo.Cuando el medico me diagnóstico pensé que ya no habia marcha atrás, dijo sin vueltas, que la bulimia y la anorexia era como el sida, un bichito que te va comiendo toda por dentro y te lleva a la muerte, que solo con mucha voluntad se podia salir de ésto, o al menos sobrellevar la enfermedad.Asi que decidi en ese momento que yo no iba a vivir con ésto.

Me mandaron medicación psiquiatrica, desde ese entonces mi cabeza voló lejos y mis pies jamás estuvieron sobre la tierra.Solo tengo nubarrones de recuerdo, despues de la medicación mi memoria ya no fue la misma. la perdí, y con ella perdi todos mis recuerdos.Odio no poder acordarme de nada, solo hoy sé lo que me cuentan.

Y así fue que entré al mundo de la locura. Ninguna de mis palabras tenian sentido.Alucinaba, deliraba, no me acuerdo por qué tenia crisis de nervios, habian medicaciones que producian efectos secundarios sobre mí, y hasta atente contra mi propia vida mas de una vez, consiguiendo nada más que me subieran a una ambulancia y me llevaran a un lugar horrible donde según ellos todos ahí eran igual que yo, enfermos mentales, y me tenian ahí por días como una penitencia esperando que me recuperara, y sin dejarme ver a mi familia.Yo no estaba loca, ellos me volvieron loca.Hoy tengo 23 años, no pude salir de esta horrible enfermedad, pero hay algo bueno, es que aprendí a sobrellevarla y como todo tengo altos y bajos, como pueden ver hoy puedo escribir coherentemente, no sé mañana.

La autora se mantendra en el anonimato.

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