Sobre este blog...

Tomo una palabra, una imagen, una idea y en minuto mi creatividad vuela. Mis manos se mueven solas sobre el teclado. Como pianista acelerado. Mis palabras, sólo traducen lo que mi mente crea. La única forma de avanzar, es haciendo. La mejor forma para mi de expresarme es escribiendo.

Artista

miércoles, 25 de julio de 2007

Reflexión sobre el camino

Muchas veces me pregunto por qué a veces decido tomar un camino y no otro. Y lleva a preguntarme si es pura impulsión, destino, o casualidades. No me gusta creer en el destino, pensar que alguien nos manipula a hacer ciertas cosas… Prefiero creer que todos nuestros movimientos y pensamientos son decisiones propias.


Es que hay tantos caminos en la vida para tomar… ¿Por qué decidí tomar este y estar acá? Siempre me pregunto qué hubiese pasado si hubiese escogido otra cosa, otra vida. Quiero decir, otro camino, otro rumbo, otra meta.
Porque no es lo mismo estas tres cosas… para fijar un camino antes tengo que tener una meta. Saber qué quiero lograr, qué espero de mí, cuánta voluntad requiero. Para Lugo poder observar cómo hago para llegar al lugar que escogí. Allí es donde entra en juego el camino que voy a tomar. Y hay tantas posibilidades, tantas formas de llegar a aquella meta que fijé… pero claro, tengo que escoger la que me haga sentir mejor, de la que mas orgullosa me sentiré. Sin depender de qué esté bien o mal para la sociedad, lo que importa es que mi consciencia este tranquila, de que para mí sea la mejor forma, sin dañar a nadie. Y entonces una vez escogido el camino, debo pensar que rumbo tomaré. Y como es mejor caminar para delante que hacia atrás, optaré por seguir al frente, creciendo, aprendiendo, hacia el futuro.
Pero a veces no es posible discernir entre lo que es mejor para mi de lo que no lo es, y muchas veces tomamos el camino incorrecto, encontrando seguramente algún pozo, o piedra en el camino que nos hace detener y hasta caer. Y en ese momento es cuando todo se complica. Nos estancamos, creemos que ya no hay forma de seguir, nos resignamos, perdemos el control de nosotros mismos, no nos reconocemos, y a veces en vez de detenernos, nos desviamos… tomamos ese camino oscuro, solitario, que no nos lleva a ningún lado, pero igualmente continuamos desesperados por encontrar una salida. Pero claro, el camino no termina y cada vez se oscurece más. No podemos entender dónde nos equivocamos, dónde perdimos el control de nuestros actos, o quién se interpuso en nuestra marcha y nos despistó. Y cuando al fin logramos ver que hemos cometido un error, que el sufrimiento pasó a formar parte de nuestros huesos, y nos sentimos solos, abatidos, en medio de una realidad desconocida; entonces allí nos detenemos, y nos damos cuenta que necesitamos que alguien aparezca, que nos reavive, que nos levante del suelo y nos saque de ese lugar horrible al que llegamos. ¿Pero quién, dónde, si estamos solos…?
Nos detenemos al fin, nos hundimos en nuestro propio pozo, queremos desaparecer, que venga un ángel y nos lleve de ese horrible lugar… y lloramos, lloramos desconsoladamente sin saber qué hacer, queriendo que el mundo termine ahí, que todo lo que nos rodea es atroz, inhumano, esto no puede ser llamado vida. Pero de repente, alguien escucha nuestro llanto y logra alcanzarnos antes de terminar de desaparecer… no puede levantarnos y llevarnos hasta su camino, ya que cada camino es individual, pero es alguien que de seguro está de pie y puede hacernos ver un rayo de sol entre tanta oscuridad. Intenta levantarnos, pero no puede, somos demasiados pesados cargando nuestro dolor y sólo la voluntad podrá ponernos en pie. El dolor de nuestra alma, es como un yunque que nos oprime la espalda contra el suelo.
Pero ese alguien que se acerca nos hace ver que no todo está perdido, que de la misma forma que llegamos hasta allí podríamos volver a donde estábamos, porque el camino ya está pensado en nuestra mente… es cuestión de tomar la decisión y volver… juntar fuerzas para caminar y llegar nuevamente a donde estaba el sol y nuestra alma estaba en paz. Cuesta mucho esfuerzo y requiere mucha voluntad, pero no es imposible, y de seguro con una sonrisa amiga este trabajo se hace menos pesado.
Al retomar el camino querido, comprendemos que no encontramos todo en su lugar… la gente que estaba allí ya no está, los lugares que queríamos volver a visitar desaparecieron. Pues claro… ¿Cuánto tiempo me detuve? Las cosas cambiaron, la gente siguió caminando… ¿Volveré a llorar y volver a perderme? Esta no es la manera de crecer… debo aprender de aquél dolor, madurar, saber que ese camino no es el correcto y no volver a tomarlo… “la repetición es lo contrario a la evolución”. Mientras que repita el mismo camino, y sea necio en no querer abandonar la idea de que aquello no volverá, jamás creceré como persona, jamás maduraré y menos aún alcanzaré a las personas que siguieron caminando… Al revés de ello, debo detenerme a pensar y reflexionar lo que pasó, para aprender de aquella situación y tomar más coraje para lo próximo a enfrentar. Y de esta forma… Entender que lo pasado, “valió la pena” valió penar, llorar y sufrir, porque ahora, comprendo más las cosas, ahora crecí, evolucioné hacia otro nivel, tengo más valor personal y así puedo alcanzar y hasta adelantarme a aquellos que siguieron la ruta sin mí…
¿Habrá más dolor y equivocaciones en el camino? Seguro que si. Que me harán crecer aún más, hasta lograr alcanzar la meta impuesta en la vida… y sentir que ya no falta nada…

Todos los momentos malos o buenos tienen un sentido, ninguno es en vano. Cada persona y cosa que se interponga en el camino servirán para entender más, y esto lo valoramos y lo tomamos en la medida de que NOS DEMOS CUENTA.




M. Belén Ferrer
25/07/07

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantan tus reflexiones! Me sentí tan identificada con ésta y comparto tu pensamiento. Creo que si uno cae, debe volver a levantarse pero es tan dificil, cuesta tanto. Yo me di cuenta que habia tomado el camino equivocado en una situacion y volvi al camino, tratando de reparar y recuperar lo que habia perdido. Di todo de mi,sin embargo, fue en vano, creo que era demasiado tarde y eso me duele mucho. Espero no volver a cometer el mismo error en mi vida..
Segui escribiendo, ya que lo haces muy bien! y brindas un espacio para que personas como yo puedan reflexionar sobre estas cosas de la vida.
(no tengo google. te dejo mi flog www.fotolog.com/paulita_thomas)

Anónimo dijo...

Buena reflexión, estaba buscando una para la clase de mañana.

Felicitaciones

Belén Ferrer dijo...

Muchísimas Gracias!

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