Un par de estos es lo primero que
te voy a regalar. Porque cuando estés lista para tocar el piso quiero que lo
hagas preparada. Para enfrentar este mundo. Para que aprendas a caminar
despacito recorriendo cada rincón de esta vida que te espera, llena de
sorpresas. Para darte la manito al
caminar dando pasos fuertes y cortos para poder ver las cosas que te rodean a
cada paso. Observar a 360 grados las maravillas de este mundo y comprendas que
la riqueza se lleva en el corazón sin importar cuanto haya en tu bolsillo. Unos
zapatitos con pesitas en las suelas, así
te dará tiempo a pensar antes de accionar hacia el siguiente paso, disfrutando
las cosas más simples y grandes del
mundo. Para que crezcas despacio, porque de forma egoísta nosotros también
queremos ver todo de tu mundo; tus risas inocentes, el brillo de tus ojos y
desearemos que la inocencia de esa niña dure eternamente. Porque es que todo
pasa tan rápido… ¿Sabes? El tiempo puede ser muy relativo a veces. Me pongo a pensar que mamá y papá vivieron
poco más de treinta años antes de saber de tu existencia... ¿Crees a caso que eso es mucho tiempo?
Mamá tenía 1 año y 11 meses cuando la conocí, cuando empezó como hermana
mayor a trazar una ruta que sin ella buscarlo, comenzamos a seguir con tu otra
tía. Aunque poco a poco llevando caminos distintos, nuestra esencia es la
misma, estamos fielmente unidas. Aunque ella no lo sepa, nos marcó la ruta. Es tan extraño y gratificante a
la vez pensar que fue una vez tan chica, que también sufrió por amor, que viajó
tanto recorriendo Latinoamérica y despertando un amor por sus tierras que pocas
personas tienen, y es muy sabia con respecto a esto, no sólo por lo que vio
sino por todo lo que leyó, tu mamá, porotita, es muy culta también. Cuando
tengas entendimiento te va a contar de sus andanzas y te va a enseñar todo eso
que leyó, como a veces lo hace conmigo. Y también un día tomó la comunión,
cumplió quince años… todavía la recuerdo en su vestido violeta. No te voy a contar tantos detalles, pero nos
divertíamos tanto en las tardes de invierno jugando en casa… Y hoy tiene una
pancita con vos dentro. Una mujer tan sabia y cuidadosa con las personas que
quiere, esa es la mamá que te espera conocer. Una mamá que jugó a las
escondidas, a la mancha, que anduvo en bicicleta junto a sus primos en un
barrio de quintas, y que también allí creció y se desarrolló como mujer. Fue el
primer paso para que llegues a este mundo sin saber que estabas en camino. Y
qué te puedo decir de tu papá, tiene un corazón y espíritu enorme y seguro va a
ser niño junto a vos, con toda la madurez de un adulto. Porotita, vos elegiste
a tus papis, y puedo decirte por conocimiento que hiciste una buena elección. Te
espera un mundo de mucho amor, donde a pesar de las tristezas que de seguro vas
a sufrir debido a las cuestiones naturales de la vida, vas a ser feliz. Muy
feliz. Por eso, mi primer regalo van a ser estos, tus zapatitos para que te
animes a pisar la tierra sin miedo.
Todavía no te
conozco y ya te quiero.
M.Belén Ferrer
20/06/2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario