Desde hoy eh decidido discutir o pedir menos, y observar más. Viendo qué tiene la gente para ofrecerme para tomarlo o dejarlo según lo que me hace bien y lo que quiero para mí misma. Distinguiendo cómo cada uno es y las formas que tienen de expresarse y decir. Comprendiendo si así lo quiero o no. Sin reclamos, sin echar culpas, sin hacerme daño ni hacer daño. Cada cual es como es. No podemos obligar a alguien que nos quiera o que haga cosas que no siente hacer sólo por miedo a que nos enojemos. Las relaciones humanas deben darse con más naturalidad. O aceptamos lo que el otro nos ofrece o elegimos buscar otro camino. Tenemos que detenernos por un instante y observar nuestras necesidades, guiarnos por nuestro instinto, sentir nuestro corazón y siempre preguntarnos: ¿es mucho lo que pido? ¿Ésta persona me lo puede dar? ¿Me conformo y acepto lo que es capaz de darme? Estas preguntas se responden sabiendo qué es lo que cada uno necesita para sí mismo.
María Belén Ferrer
23/02/2010
23/02/2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario